Esta pascua hemos ido entre otros sitios, al Palacio Real de Riofrío. Una de las salas de este palacio, era para jugar a billar. La guía que nos enseño el palacio nos contó una interesante anécdota. Resulta que antes se llamaban a las bolas de billar pelotas, el rey no era muy buen jugador de billar y en esa sala solo jugaban amigos muy cercanos al rey, que lo que hacían era dejarse perder, a cambio de buenos regalos. El resto de gente de palacio llamaba a estos jugadores "pelotas" y de ahí nace la expresión de
ser un pelota
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